En Tuxtla Gutiérrez, cada semana suena la música que invita a moverse con elegancia y nostalgia. El danzón, un ritmo nacido en Cuba y adoptado en México, encontró en esta ciudad chiapaneca un público fiel que lo mantiene vivo.
Fue a finales del siglo pasado cuando las marimbas locales comenzaron a interpretar danzones en parques de la capital. Desde entonces, la tradición se ha transmitido de generación en generación, convirtiéndose en una expresión de identidad y convivencia.
Hoy, el danzón en Tuxtla Gutiérrez no solo es una expresión artística, sino también una forma de terapia ocupacional. Para muchas personas, especialmente adultas mayores, bailar se ha convertido en un ejercicio físico, mental y emocional que mejora su calidad de vida.
El danzón en Tuxtla Gutiérrez demuestra que no hay edad para moverse. Desde este espacio hicieron la invitación a acercarse a los instructores para aprender este género dancístico.