En Tuxtla Gutiérrez existe una expresión muy particular para hablar de un pan realmente delicioso y de gran tamaño: “pan galán”.
Este es un modismo local que durante décadas formó parte del habla cotidiana y que hoy, poco a poco, ha ido quedando en el olvido.
Y es que el pan tuxtleco se distingue por su sabor y su manufactura. Panaderos tradicionales destacan el uso de ingredientes de calidad y uno en particular: el queso seco chiapaneco, un elemento clave en diversas recetas y uno de los secretos del sabor que tanto caracteriza al pan local.
Sin embargo, en los últimos años, la presencia creciente del pan industrializado y de supermercado representa una amenaza para el pan tradicional. Productos más económicos pero con menor elaboración artesanal están desplazando, poco a poco, ese pan “galán” que por generaciones acompañó a las familias tuxtlecas.
Defender el pan tuxtleco es preservar el sabor, el lenguaje y la memoria de una ciudad. Porque detrás de cada “pan galán” hay historia, identidad y un oficio que hoy necesita ser valorado.