La familia Álvarez Pérez abre las puertas de su hogar para celebrar a la Virgen de Juquila, una devoción originaria de Oaxaca que ha echado raíces en Chiapas.
En el sur oriente de Tuxtla Gutiérrez, la fe y la tradición unen a toda una comunidad. La familia Álvarez Pérez abre las puertas de su hogar para celebrar un año más a la Virgen de Juquila, una devoción mariana originaria de Oaxaca que ha echado raíces profundas en Chiapas.
Desde muy temprano, el domicilio se transforma en un punto de encuentro. Entre rezos, arreglos florales y la preparación de grandes cantidades de comida, todo se alista para recibir a más de mil personas que cada año acuden a agradecer y pedir favores a la ‘Juquilita’.
La celebración inicia con la tradicional velación en vísperas del día grande. Posteriormente, se oficia una misa especial dedicada a la Virgen de Juquila. Después de la parte religiosa llega el momento de la convivencia. Música, baile y comida para todos los asistentes. La familia anfitriona ofrece platillos tradicionales como muestra de agradecimiento.
Para la familia Álvarez Pérez, esta fiesta es una forma de agradecer los favores recibidos y de compartir su fe con todos los que deseen acompañarlos. Así, entre fe, música y tradición, la devoción a la Virgen de Juquila sigue creciendo en Tuxtla Gutiérrez. Una celebración que reúne a cientos de familias y que mantiene viva la identidad comunitaria.