La reducción de una de las calles principales del centro histórico ha generado molestia entre habitantes, comerciantes y participantes de la Fiesta Grande.
La reciente intervención urbana en una de las calles principales del centro histórico de Chiapa de Corzo ha generado una creciente inconformidad entre habitantes, participantes de la Fiesta Grande y usuarios cotidianos de esta vialidad, al considerar que la reducción del arroyo vehicular afecta directamente la movilidad y el desarrollo de una de las festividades más importantes del estado.
Habitantes han manifestado, a través de redes sociales y opiniones públicas, su preocupación por la obra que reduce el ancho de la calle, la cual forma parte de los recorridos tradicionales de la Fiesta Grande de Enero, celebración reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Durante los días de mayor actividad, esta vialidad es utilizada por parachicos, chiapanecas y chuntás, músicos, creyentes, locales y visitantes, por lo que su amplitud resulta fundamental para garantizar el tránsito seguro y ordenado.
De acuerdo con las voces críticas, la planeación del proyecto no tomó en cuenta la magnitud de la fiesta ni las necesidades reales de quienes participan activamente en ella. Señalan que, históricamente, esta calle ha sido un eje central para los recorridos, concentraciones y desplazamientos propios de la festividad, especialmente en los llamados “días fuertes”.
La inconformidad también apunta directamente al actual Ayuntamiento de Chiapa de Corzo, al que acusan de priorizar intereses particulares por encima del interés colectivo y del valor cultural de la Fiesta Grande. Según los señalamientos, la obra estaría orientada a la creación de un andador turístico, sin un diálogo amplio con la comunidad ni una valoración profunda del impacto cultural y social que implica modificar un espacio tradicional.
Hasta el momento, el Ayuntamiento no ha emitido una postura oficial que atienda las preocupaciones expresadas por la ciudadanía. Mientras tanto, la discusión continúa y crece el llamado a replantear la obra, privilegiando la preservación de la tradición, la funcionalidad urbana y el respeto a una festividad que no solo da identidad a Chiapa de Corzo, sino que es orgullo cultural de Chiapas y de México ante el mundo.