Observa los intereses y habilidades naturales de tus hijos y elige una institución que potencie estas características.
Elegir la escuela adecuada para los hijos representa un desafío crucial que influye significativamente en su desarrollo académico, emocional y social.
María Concepción Rincón Cerrillo, Directora de Secundaria del Centro Educativo Maya, explicó la importancia de cada etapa educativa: “Prescolar fue un nivel de desapego a la familia donde empezaron a dejar a la abuelita, a la mamá, al entorno familiar tan rico y tan bonito que es estar en casita, y vinieron a primar a conocer a otros niños, a conocer a alguien que iba a decir mi maestra, que tuvieron que apropiarla como algo maternal que les recordara bien (…) primaria fueron años de muchos cambios desde primero a sexto, ahí se definieron ellos como quiénes eran, cómo eran, qué les gustaba y hubo que acompañarlos en cada grado con cada contenido. Y secundaria fueron tres años intensos, emocionantes que pudieron ser el detonante para la felicidad o para la infelicidad”.
“Yo pienso que el padre tiene que conocer a su hijo muy bien y saber que iba a ser un niño que le gustara irse hacia qué línea. A veces, queríamos forzar que nuestro hijo aprendiera un idioma o robótica y quizá los intereses de nuestros hijos eran otros. Entonces, si yo conocía bien a mi hijo y sabía dónde se iba a sentir a gusto, lo dejaba elegir, y después lo acompañaba constantemente en todo su desarrollo de estos 12 años de básica”.
De acuerdo con la filosofía del Centro Educativo Maya, la inclusión no debía ser una característica adicional, sino una esencia de las instituciones educativas. Rincón Cerrillo afirmó: “Desde un inicio, hace 25 años, decidimos que fuera una escuela para todos, sin ninguna distinción, sin ninguna característica especial y decir todos, es todos. La inclusión no la manejamos como algo extra, sino como parte de porque la sociedad debía ser incluyente, no debía haber un área especial en la sociedad”.
El enfoque en el arte como vehículo para el manejo de las emociones es otro aspecto vital. Las escuelas que promueven la inteligencia emocional ayudaron a los niños a desarrollar habilidades cruciales para su bienestar personal y social. “Creímos mucho en el arte como el vehículo y el vector que nos llevara bien al manejo de las emociones, porque creímos que la inteligencia emocional era quizá la inteligencia más importante en el desarrollo de la personalidad”, concluyó Rincón Cerrillo.
Elegir la escuela adecuada para los hijos requirió una comprensión profunda de sus intereses y necesidades, así como una valoración de los enfoques educativos que mejor los apoyaron en su crecimiento integral.