Con más de 34 años en el Mercado 5 de Mayo de Tuxtla Gutiérrez, doña Irma es una figura emblemática que ofrece un jugo especial para donadores.
Con más de 34 años en el Mercado 5 de Mayo de Tuxtla Gutiérrez, doña Irma se ha convertido en una figura emblemática al ofrecer un jugo especial para donadores de sangre. Además, deleita a sus clientes con una torta tradicional cuya receta trajo desde la Ciudad de México.
Irma López Pérez, propietaria de Jugos y Licuados Irma, comentó: “Empezamos a vender salud, mi intención era vender salud, vender cosas naturales para que la gente empezara a nutrirse más que nada”. Irma llegó a Tuxtla Gutiérrez en 1986, después del devastador terremoto del ’85 que sacudió la Ciudad de México. Junto a su esposo y su hijo de cinco años, decidió buscar nuevas oportunidades.
En el Mercado 5 de Mayo, cada sección está dedicada a un tipo específico de negocio, y Doña Irma se convirtió en una figura emblemática en la sección de jugos. “Aquí todo se maneja por giro. Me imagino que en todos los mercados a nivel nacional. Tiene que haber siete puestos de jugos, tiene que haber siete puestos de pozole, siete puestos de… así va por sección”, explicó Irma.
El primer día que abrió su negocio, Doña Irma recordó con emoción cómo dos jóvenes maestros fueron sus primeros clientes. Desde entonces, no la han olvidado y continúan visitándola, ahora con sus propios hijos.
“Me dio mucho gusto, vine a lavar, vine a limpiar. Me dio mucho gusto que cuando yo llegué a abrir el negocio el primer día… yo ya tenía a dos personas sentadas (…) Yo me emocioné porque cuando llegué y abrí eran unos maestros, dos muchachos muy jóvenes que aquí había una escuela de maestros, como internado o algo así. Entonces ellos salían como tempranito de sus clases y fueron nuestros primeros dos clientes. Y ahora pasan a saludarme, ya tienen sus hijos grandes y no se olvidan de mí”, compartió.
La juguería de Doña Irma es conocida por un antojito muy especial: una torta tradicional que ella misma trajo desde su natal Ciudad de México. “Le llamo yo la torta tradicional, lleva una rebanada de jamón, queso manchego fundido, pollo, tomate y aguacate”, describió Irma.
Además de sus jugos y tortas, Doña Irma creó un licuado especial para quienes donan sangre, demostrando su compromiso con la salud de su comunidad. “Lo que les doy a ellos, por ejemplo, es un jugo especial que lleva zanahoria, betabel, naranja y apio”, explicó.
Con más de 34 años en el negocio, Doña Irma sigue llena de nostalgia y orgullo por la receta de la torta que trajo desde su ciudad y su filosofía de vender salud. “Tengo 34-36 años aquí más o menos. Mucha nostalgia tengo, jóvenes que vienen y prueban la torta porque esa torta yo la traje de mi ciudad (…) Yo siempre le digo a la gente que venga, pues vendemos salud”, concluyó Irma.