Chiapas crea Comisión para poner orden al caos urbano

Escrito el 24/05/2025
Alerta Chiapas

El crecimiento descontrolado de las ciudades en Chiapas dejó colonias sin servicios y sin orden. Ahora se crea una Comisión Especial que, al menos en el papel, buscará meterle lupa al caos urbano. Su reto: no volverse otro adorno legislativo.

Colonias que crecen sin agua, sin luz y sin calle: por fin alguien promete tomar nota del caos urbano que nadie ha querido ver

En Chiapas, basta con alejarse 15 minutos del centro de cualquier ciudad para encontrar la otra cara del urbanismo: colonias sin drenaje, fraccionamientos sin agua, caminos de tierra que se convierten en lodazales y promesas de pavimentación que nunca llegaron. Ese es el escenario que se vive en las periferias de Tuxtla, Tapachula, San Cristóbal y muchas otras ciudades.

Durante años, los gobiernos locales han permitido que la urbanización avance sin planeación, sin servicios y sin reglas claras, mientras constructoras levantan viviendas donde no hay red eléctrica o drenaje. Miles de familias habitan zonas que crecieron sin orden, y hasta ahora, nadie había querido asumir esa responsabilidad desde el ámbito público.

Pero algo cambió —al menos en papel—. El Congreso del Estado acaba de crear una figura nueva: la Comisión Especial de Zonas Metropolitanas, un órgano que dice tener como objetivo vigilar, evaluar y proponer soluciones al crecimiento urbano descontrolado. No es un área de obra pública ni una dependencia ejecutora. Tampoco tiene maquinaria ni brigadas. Su herramienta será la revisión, la denuncia y, si quiere, la presión política.

 ¿Qué tanto podrá hacer?

El decreto que da vida a esta Comisión le otorga facultades para:

  • Observar y supervisar cómo crecen las ciudades y qué obras se hacen (o se abandonan).

  • Proponer cambios en las leyes urbanas que hoy permiten desarrollos sin servicios básicos.

  • Llamar a cuentas a funcionarios públicos que no cumplan con su deber en zonas metropolitanas.

  • Promover acuerdos entre municipios conurbados que hasta hoy han trabajado por separado.

Y entre sus facultades más polémicas está el poder de reactivar órganos metropolitanos olvidados, como los Consejos de Desarrollo Metropolitano, y meterse en cualquier asunto urbano que le encargue el Congreso. Es decir, podría meter las manos donde nadie ha querido hacerlo, si hay voluntad política.

¿Y cómo ayuda esto a la gente?

En los hechos, esta Comisión podría convertirse en un punto de presión para que se dejen de construir fraccionamientos sin servicios, para que los recursos destinados a obras se usen donde más se necesitan y para que se diseñe un futuro urbano más justo. Pero solo si realmente funciona, si no se convierte en otra oficina de discursos bonitos y diagnósticos repetidos.

Porque la gente en las colonias ya no necesita más diagnósticos. Necesita agua, calles, luz y transporte digno.

El caos que nadie quiso ver

Tuxtla Gutiérrez, por ejemplo, no cuenta con una política metropolitana clara. Lo que sucede en Chiapa de Corzo, Berriozábal o San Fernando repercute directamente en la capital, pero cada municipio sigue actuando por su cuenta, como si sus problemáticas no estuvieran conectadas.

Tapachula vive un fenómeno similar: fraccionamientos nuevos donde no hay ni banquetas, y obras que nacen sin sentido del contexto urbano.

Esta Comisión llega tarde, sí, pero al menos reconoce que hay un problema de fondo. Y si decide asumirlo con seriedad, podría incomodar a más de uno.