Halloween mata la esperanza: Obispo

Escrito el 31/10/2025
Eric Ordóñez

La tradición cristiana de Día de Muertos “invita a la vida y a la esperanza”, mientras la celebración anglosajona trivializa la muerte y oscurece el valor de la existencia.

El arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor José Francisco González González, exhortó a los fieles católicos a rescatar el sentido espiritual del Día de Todos los Santos frente a la creciente influencia comercial y oscura de Halloween. Recordó que, mientras la tradición cristiana “invita a la vida y a la esperanza”, la celebración anglosajona promueve una visión que trivializa la muerte y oscurece el valor de la existencia.

“Cuando vemos programas como The Walking Dead, donde los que están infestados quieren infestar a otros, ahí se muestra que la muerte lleva a la muerte; eso no es lo que proclama el cristianismo”, expresó el prelado, quien subrayó que la fe católica llama a la alegría, la comunidad y la plenitud espiritual.

Monseñor González explicó que en diversas regiones del país se ha impulsado una alternativa denominada “Santolín”, en la que los niños, en lugar de disfrazarse de monstruos o figuras violentas, se visten de santos y aprenden sobre su vida y virtudes. “Eso les ayuda a aspirar a ideales más altos”, afirmó, al tiempo que lamentó que muchos menores crezcan en entornos donde se glorifican figuras del crimen y se asocian los lujos con la violencia.

“Debemos elevarnos —dijo—, no quedarnos en cosas bajas o vulgares, sino aspirar a una vida virtuosa. Todos estamos llamados a ser santos, independientemente del carácter o temperamento que tengamos.”

El arzobispo explicó que, de acuerdo con la enseñanza bíblica, el ser humano está hecho de barro, pero puede transformarse en “diamante”, una metáfora que representa el proceso de crecimiento y purificación espiritual que Dios otorga a quien se dispone al bien.

Finalmente, monseñor González González recordó que la santidad no es obra exclusiva del esfuerzo humano, sino el resultado de permitir que la gracia divina actúe en la vida cotidiana. “Dios nos lleva en un proceso de crecimiento: quita lo torpe para hacer al hombre cada día más santo”, concluyó.