En Chiapas, cada 28 de octubre, miles de feligreses católicos celebran a San Judas Tadeo, conocido como el santo de las causas difíciles y desesperadas. Sin embargo, con el paso de los años, su culto y su imagen se han transformado, generando una mezcla de fe, devoción pero también confusión.
Los elementos de su vestimenta han provocado confusión entre los creyentes. Muchos asocian la medalla dorada que sostiene en su pecho con la riqueza o el éxito económico, atribuyéndole poderes como patrono del dinero o del trabajo, creencias que no corresponden a su origen religioso.
Incluso los colores de su vestimenta han cambiado con el tiempo.
Hoy predominan el verde y el amarillo, tonos asociados a la esperanza y la abundancia, pero originalmente, San Judas Tadeo era representado con un manto rojo, símbolo de su martirio y su entrega a la fe.
En los últimos años, la devoción a San Judas Tadeo ha crecido en todo México, especialmente en el sur del país. Su figura se ha convertido en símbolo de esperanza y protección, sobre todo para quienes enfrentan la pobreza, la enfermedad o la marginación. Conocer el verdadero origen de su imagen es también reconocer cómo la religiosidad popular transforma las creencias, adaptándolas al corazón de cada pueblo.
