En el corazón del barrio de San Francisco, en Tuxtla Gutiérrez, una familia mantiene viva una tradición que ha pasado de generación en generación. En el interior de su hogar resguardan una antigua imagen del Arcángel San Rafael, considerada una verdadera reliquia familiar y símbolo de fe.
La actual albacea de la imagen, heredó esta responsabilidad de sus antepasados, quienes iniciaron la devoción hace varias décadas. Hoy, ella y su familia continúan preparando cada año los festejos en honor a San Rafael, que se celebran el 24 de octubre con rezos, música y ofrendas.
Para la Iglesia católica, San Rafael es conocido como el ángel de la curación. Su nombre, que significa “Medicina de Dios”, lo identifica como un mensajero divino que brinda protección, salud y esperanza a quienes confían en él.
Con más de un siglo de historia, esta figura religiosa se ha convertido en un lazo que une a toda la familia y a los vecinos del barrio. Más que una tradición, es una expresión de gratitud y confianza en la fe. Entre velas, flores y oraciones, la familia Huerta Albores invita a mantener viva la devoción y a redescubrir en San Rafael al protector de la salud y guardián de los hogares chiapanecos.
