Chiapas debería ser ejemplo en suministro de agua potable, pero la mala gestión, la falta de inversión en infraestructura y el abandono de redes de distribución han provocado una crisis que afecta a decenas de municipios.
Chiapas es uno de los estados con mayor riqueza hídrica del país. Se estima que concentra alrededor del 30% del agua dulce superficial de México. Pero paradójicamente, miles de familias enfrentan cortes constantes, baja presión o incluso semanas enteras sin el vital líquido.
Con abundantes ríos y presas que alimentan buena parte de la energía eléctrica nacional, Chiapas debería ser ejemplo en suministro de agua potable.
Pero la realidad es otra: la mala gestión, la falta de inversión en infraestructura y el abandono de redes de distribución han provocado una crisis silenciosa que afecta a decenas de municipios.
Especialistas señalan que el problema no es la disponibilidad, sino la ineficiencia institucional, la falta de planeación y la ausencia de políticas públicas que garanticen el derecho al agua.
Organizaciones señalan falta de presupuesto, pero auditorías y análisis ciudadanos coinciden en que existen omisiones, mala administración y una nula fiscalización de proyectos hidráulicos.
