En Pichucalco, Chiapas, la familia de Martha y Rafael lleva más de 200 años cultivando y transformando cacao. Su trabajo ha sido premiado a nivel internacional y representa con orgullo al campo chiapaneco en el mundo.
Entre las montañas del norte de Chiapas, se encuentra Hacienda Napaná, un proyecto familiar que se dedica a la producción y transformación del cacao, un cultivo con varios siglos de presencia en esta zona de la entidad.
Hablar de Hacienda Napaná es hablar de más de 9 generaciones de familias chiapanecas trabajando con el cacao. Martha y Rafael son padres de la décima generación de chocolateros de este espacio.
Este par de productores trabajan con la marca que registraron desde hace casi 11 años y durante este tiempo han sido galardonados por la calidad del cacao que producen.
Han representado al estado en diferentes partes de México y el mundo, dando a conocer los diferentes productos que han desarrollado en esta década de trabajo. Sueñan con que se hable más del campo y cacao chiapaneco, el cual afirmaron es de los mejores del mundo.